Cómo los edulcorantes artificiales pueden aumentar la ingesta calórica

Estudios recientes en animales y en humanos han sugerido que el consumo de edulcorantes artificiales puede hacer que se sienta hambre y finalmente comer más. Un nuevo estudio de la Universidad de Sydney ha revelado por primera vez por qué se produce esta respuesta.

 Por Emily Cook – Universidad de Sydney

Traducido por el Centro para la Comunicación de la Ciencia UNAB

El estudio ha sido publicado hoy en la prestigiosa revista Cell Metabolism y  los resultados arrojan luz sobre los efectos de los edulcorantes artificiales en el cerebro sobre la regulación del apetito y la alteración de la percepción del gusto.

Endulzante

Investigadores del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney y del Instituto Garvan de Investigación Médica han identificado un nuevo sistema en el cerebro que detecta e integra cuán dulce y cuantas calorías tiene un alimento. “Después de la exposición crónica a una dieta que contenía sucralosa [un edulcorante artificial], vimos que los animales empezaron a comer mucho más“, dijo el investigador principal, el profesor asociado Greg Neely de la Universidad de Sydney.

A través de la investigación sistemática de este efecto, se encontró que dentro de los centros de recompensa del cerebro, la sensación dulce está integrada con el contenido de energía de los alimentos. Cuando la dulzura de un alimento está desbalanceada con respecto al contenido calórico durante un período de tiempo, el cerebro vuelve a calibrar y aumenta el total de calorías consumidas.”

En el estudio, se encontró que moscas que fueron expuestas a una dieta mezclada con edulcorante artificial por períodos prolongados (más de cinco días) consumían un 30 por ciento más de calorías que cuando se les dio alimentos endulzados naturalmente.

Miles de millones de personas en el mundo consumen edulcorantes artificiales y se recomiendan como una herramienta para tratar la obesidad, a pesar de que se conoce poco sobre su impacto en el cerebro y en la regulación del hambre.

Este es el primer estudio que identifica cómo los edulcorantes artificiales pueden estimular el apetito, ya que los investigadores identificaron una red neuronal compleja que responde a los alimentos endulzados artificialmente y cuya actividad le indica al animal que no ha comido lo suficiente.

Usando esta respuesta a las dietas con edulcorantes artificiales, hemos sido capaces de mapear funcionalmente una nueva red neuronal que contrasta la palatabilidad de los alimentos con contenido de energía. La vía que hemos descubierto es parte de una respuesta conservada cuyo trabajo es hacer mejor el sabor de los alimentos cuando existe la sensación de hambre.”

Los investigadores también encontraron que los edulcorantes artificiales promueven la hiperactividad, insomnio y disminuyen de la calidad del sueño –comportamientos consistentes con un hambre leve o estado de ayuno– con efectos similares sobre el sueño que también se han descrito en humanos. Para descubrir si los edulcorantes artificiales también aumentan la ingesta de alimentos en los mamíferos, se replicó el estudio utilizando ratones. De nuevo los ratones que consumieron una dieta endulzada con sucralosa durante siete días mostraron un aumento significativo en el consumo de alimentos y de la vía neuronal implicada era la misma que en las moscas.

“Estos resultados refuerzan aún más la idea de que los alimentos y bebidas ‘sin azúcar’ no pueden ser consideradas inertes, como lo pensábamos. Los edulcorantes artificiales pueden cambiar realmente cómo los animales perciben la dulzura de su comida, con una discrepancia entre los niveles de dulzura y de la energía consumida, lo que finalmente que provocó un aumento en el consumo de calorías “ declaró el profesor Herzog.

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El trabajo lleva por título “Sucralose Promotes Food Intake Through NPY and A Neuronal Fasting Response” y fue publicado en la revista Cell Metabolism (link: http://www.cell.com/cell-metabolism/abstract/S1550-4131(16)30296-0)