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La Bionanotecnología abrió sus puertas a periodistas y editores

Vestidos de delantal blanco, los comunicadores experimentaron en el laboratorio con nanopartículas fluorescentes y visualizaron proteínas en 3D, además de conocer sus diversas aplicaciones.

El pasado martes 11 de junio de 2013 se realizó el primer taller experiencial del ciclo “Vive la Ciencia. Comunícala”, organizado por el nuevo Centro para la Comunicación de la Ciencia de la Universidad Andrés Bello, que tiene como objetivo acercar la ciencia a la comunidad no científica del país y fomentar su cobertura en los medios de comunicación.

“La ciencia no es más que una forma refinada del pensamiento cotidiano”, dijo Andrés Gomberoff, Vicerrector de Investigación y Doctorado de la UNAB, aludiendo a las palabras de Albert  Einstein. “Por eso creemos que debe estar en todas partes, en la política, en la economía, en lo social, en la calle, y ustedes (los periodistas) son los llamados a difundirla. La ciencia no puede quedar sólo en manos de los científicos”, señaló al inicio de la actividad.

Al taller asistieron periodistas de medios de comunicación escritos y electrónicos, encargados de difusión en distintas casas de estudio y estudiantes de periodismo de los últimos años.

En la cabeza de un alfiler

Como introducción al taller “Nanotecnología: desde nuevos antibióticos hasta celdas solares”, Andrés Gomberoff mencionó al padre de esta ciencia, el Premio Nobel Richard Feynman, quien fue el primero en concebirla mentalmente al preguntarse ¿Se puede escribir el contenido de los 24 volúmenes de la Enciclopedia Británica en la cabeza de un alfiler?

A continuación el Dr. Danilo González, Director del Centro de Bioinformática y Biología Integrativa, de la UNAB, explicó qué es la Bio-nanotecnología y cuáles son sus potenciales aplicaciones en biomedicina, microbiología y minería. Algunas de las cuales luego serían experimentadas en el laboratorio por los asistentes.

Al respecto, Francisco Aravena, editor general de la Revista Qué Pasa, destacó que resulta crucial que los periodistas hagan este tipo de capacitaciones. “Porque estamos acostumbrados a manejar abundante información, pero necesitamos desarrollar los criterios para identificar qué es lo importante y qué puede ser de mayor servicio para nuestros lectores”.

Tesoro en la Antártida

El Dr. José Manuel Pérez Donoso hizo referencia al uso de las nanopartículas; partículas microscópicas 10 mil veces más pequeñas que el ancho de un pelo y que pueden ser generadas por bacterias para múltiples aplicaciones.

Explicó que éstas son caras de producir (sobre US$ 5 mil por gramo) y el proceso puede ser muy tóxico. Por ello con su equipo de investigación pensaron en cómo generarlas a menor costo (US$ 100), de manera simple y menos tóxica. Así llegaron a la Antártida, en busca de bacterias que por sus condiciones de vida extrema en el continente blanco, son capaces de sintetizar nanopartículas fluorescentes, para luego ser utilizadas en diversas aplicaciones biotecnológicas. “En la Antártida hay bastante biodiversidad de microorganismos, es un verdadero tesoro sin explorar”, recalcó el Dr. Pérez Donoso.

Agregó que existen muchas aplicaciones para las nanopartículas fluorescentes por su naturaleza semiconductora. Por ejemplo, “son capaces de captar fotones de la luz y generar electricidad, por lo que pueden ser usadas en la construcción de celdas solares”. También podrían usarse para la identificación de tumores.

Los periodistas asistentes al taller pudieron visualizar en el laboratorio, mediante microscopía óptica y electrónica, bacterias de la Antártida a diferentes escalas partiendo con lo macro, pasando por lo micro y llegando a lo nano. También aprendieron acerca de bacterias capaces de “comer” metales pesados, proceso que se conoce como bioremediación.

“La capacidad que tiene cada científico de poder explicar su tema, me parece destacable, porque me ha tocado entrevistar a personas a las que no les es fácil transmitir sus  conocimientos. Encontré que lo hicieron de una forma muy amena, cordial y cálida”, señaló Stephanie Pacheco, editora del portal de noticias La Aldea de Temuco.

Por su parte, Naomi Estay y Omayra Toro, alumnas de cuarto medio del Liceo N°1 de Santiago, explicaron a los asistentes su proyecto de búsqueda de bacterias capaces de comer petróleo, gracias al cual representarán a Chile en el  Stockholm Junior Water Prize (Suecia) en septiembre de este año.

Manifestaron que contrario a lo que uno piensa, en la Antártida hay bastante contaminación por petróleo en los lugares donde hay asentamientos humanos, y estas bacterias son capaces de “comer” petróleo y limpiar el ambiente.

Finalmente, los participantes vieron bacterias capaces de producir pigmentos, utilizables por ejemplo, en la industria del salmón o para generar celdas solares.

Medicina personalizada

Durante el segundo módulo, los participantes pudieron ver un genoma en 3D, al tiempo que el Dr. Daniel Almonacid les explicó cómo ha evolucionado la secuenciación del genoma humano en el tiempo.

Que de valores estratosféricos, tal vez en 10 años más hacerse una secuenciación del propio genoma sea tan accesible como cualquier otro examen hecho a partir de una muestra de sangre, y  que les permita a las personas tomar medidas preventivas frente a una amplia gama de enfermedades. Fue el caso de la actriz Angelina Jolie, que al identificar un gen mutado que produce cáncer de mama, decidió hacerse una mastectomía para prevenir. “La medicina personalizada permite obtener una respuesta específica para la enfermedad de cada uno”, señaló el Dr. Almonacid.
Respecto a la experiencia de este primer taller, Lorena Jiménez, quien trabaja haciendo difusión en la Universidad de Santiago, recalco que “Lo que hace la Universidad Andrés Bello, deberían hacerlo todas las universidades y todos los científicos. No cerrarse a entregar el conocimiento, sino que estar dispuesto siempre a difundirlo”.

Nano antibióticos

El Dr. Daniel Aguayo explicó que actualmente los procesos de generación de antibióticos son muy lentos, costosos y cada día se hacen menos eficaces, debido a que las bacterias rápidamente se vuelven resistentes a ellos.

En ese contexto, el Centro de Bioinformática y Biología Integrativa de la UNAB está investigando cómo utilizar nanopartículas para crear una nueva generación de antibióticos que sea mucho más efectiva y que se obtenga en menor tiempo de investigación.

Lo que hacen es modificar la estructura química de las nanopartículas en busca de nuevos posibles antibióticos. Para ello utilizan una supercomputadora multipropósito que a través de sus más de 1.500 CPUs, les permite procesar gran volumen de información en poco tiempo, para evaluar -de manera teórica- cientos de posibles antibióticos y encontrar aquellos pocos que puedan ser utilizados.

“Estamos muy satisfechos con el éxito logrado en el primer taller Vive la Ciencia”, dijo Natalia Mackenziedirectora del Centro para la Comunicación de la Ciencia responsable del evento. “Vimos a los comunicadores interesados, entretenidos, agradecidos por la iniciativa y motivados por divulgar la ciencia”.

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