Astrónomos confirman que los agujeros negros están rodeados por aglomeraciones de polvo y gas

En el hallazgo participó el Dr. Robert Nikutta, investigador postdoctoral del Departamento de Ciencias Físicas de la Universidad Andrés Bello.

black-hole-okMientras las recientes palabras de Stephen Hawking han desatado una intensa controversia científica sobre la existencia de los agujeros negros, un equipo internacional de astrónomos desarrollaba el primer estudio estadístico sobre el ambiente que rodea esas estructuras. ¿Su hallazgo? Los agujeros negros no están rodeados por un disco uniforme de gas y polvo como se creía hasta hace poco, sino por aglomeraciones de estos materiales, como nubes.

Este hallazgo es publicado en la edición de febrero de la revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. El equipo científico está formado por investigadores de la Universidad de California San Diego, el Observatorio Europeo Austral y la Universidad Andrés Bello.

La evidencia sobre este fenómeno fue recogida de registros realizados a lo largo de 16 años por el Rossi X-ray Timing Explorer, un satélite de la NASA, equipado con instrumentos que miden variaciones en las fuentes de rayos X. Estas fuentes incluyen núcleos activos de galaxias, objetos luminosos brillantes alimentados por agujeros negros supermasivos que recolectan y consumen grandes cantidades de polvo y gas.

“Previamente, la gente pensaba que el disco en torno al agujero negro era una distribución uniforme de gas y polvo, pero en  años recientes hemos acumulado un gran volumen de información que claramente indica que el material no está distribuido uniformemente, sino más bien de forma grumosa”, explica el Dr. Robert Nikutta, investigador del Departamento de Ciencias Físicas de la Universidad Andrés Bello y coautor del estudio.

Filtrando a través de las observaciones de 55 núcleos activos de galaxias, los científicos encontraron una docena de ocasiones en que las señales de rayos X se atenuaron por periodos de tiempo que van desde horas hasta años, cuando una nube densa de gas pasó entre la fuente y el satélite.

De acuerdo a las observaciones analizadas por los científicos, estas nubes de polvo y gas tienen distintos tamaños y formas, aunque en promedio tienen un largo de 6,5 billones de kilómetros, superior a la distancia entre el Sol y Plutón y con una masa dos veces mayor que la de la Tierra. Su distancia respecto del agujero negro varía desde algunas semanas-luz hasta años-luz.

“Entender estas nubes – sus tamaños, formas y número- es un gran paso adelante en la comprensión la manera en que se forman y crecen los agujeros negros supermasivos, dice el Dr. Alex Markowitz, autor principal y astrofísico de la Universidad de California San Diego y el Observatorio Karl Remeis en Bamberg, Alemania. “Tenemos una mejor idea de cómo los agujeros negros se alimentan y lo que sucede con el gas transportado desde la galaxia huésped hacia el interior del agujero negro”, agrega.

Previamente, algunos astrónomos había conseguido observar este fenómeno, pero solo en forma episódica, lo cual impedía saber si se trataba solo de hechos aislados o de un fenómeno más común. “Nuestras observaciones respaldan el nuevo modelo, en donde las aglomeraciones pueden obstruir una gama mucho más amplia de líneas de visión”, dice el coautor, Dr. Mirko Krumpe del Observatorio Europeo Austral en Garching, Alemania.

En la animación digital donde se puede observar las nubes de polvo y gas orbitando en torno al agujero negro:

Texto: Alexis de Ponson M.

Ilustración: NASA

Animación digital: Wolfgang Steffen (UNAM, México)