Investigación UNAB avanza en la generación de un tratamiento efectivo contra la gonorrea
Dos estudios recientes permitieron descubrir nuevas aristas en la comprensión del funcionamiento de la bacteria Neisseria gonorrhoeae, un hecho fundamental para el desarrollo de una potencial vacuna.
La gonorrea es una infección de transmisión sexual (ITS) que se propaga entre toda la población sexualmente activa, tanto hombres como mujeres. Causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, también conocida como gonococo, la infección ataca principalmente la mucosa del tracto genital generando síntomas fáciles de detectar cuando se presenta en hombres, como una evidente secreción mucopurulenta.
Sin embargo, en el caso de las mujeres la detección se dificulta debido a que la secreción se confunde con el flujo vaginal. Esta sintomatología difusa y más bien silenciosa hace que en muchos casos la infección no se diagnostique ni se trate, pudiendo ocasionar serias complicaciones como embarazo ectópico, aborto espontáneo e infertilidad, además de aumentar el riesgo de infección con VIH.
Según las últimas cifras del MINSAL, en el año 2015 se produjo en Chile un aumento de la tasa de personas infectadas con gonorrea que alcanza los 10 casos por cien mil habitantes, lo que representa un aumento del 20% respecto del año anterior. El mayor riesgo se encuentra en el grupo de 20 a 24 años, no obstante, a partir del año 2013 la tasa del grupo de 15 a 19 años superó al grupo de 25 a 29 años. Estos datos arrojan un grave problema de salud pública, con una estimación de 78 millones de personas infectadas a nivel mundial.
Al igual que otras ITS como la clamidia y la sífilis, la gonorrea es curable con antibióticos, sin embargo, en 2016 la OMS alertó que la resistencia de estas ITS al efecto de los antibióticos ha aumentado rápidamente en los últimos años y ha reducido las opciones de tratamiento. De estas tres ITS, la gonorrea ha desarrollado la mayor resistencia y ya se han detectado cepas multirresistentes que no responden a ningún antibiótico disponible.
Así, desde la comunidad científica se está trabajando en soluciones farmacológicas diferentes, apuntando a la creación de una vacuna. En este contexto, una investigación encabezada por el Center for Integrative Medicine and Innovative Science (CIMIS) de la Universidad Andrés Bello ha generado dos recientes publicaciones con descubrimientos que significan avances en esta línea.
Una bacteria camaleónica
De acuerdo a la Dra. Paula Rodas, investigadora que encabezó ambos estudios, la principal dificultad para lograr nuevas terapias es que la bacteria gonococo actúa como un camaleón; la expresión de sus moléculas cambia, impidiendo así poder predecir su comportamiento.
Por ello es que la investigación apunta a entender cómo funciona y actúa, además de conocer qué proteínas generadas por la bacteria producen determinados efectos.
El primer estudio, publicado en el journal FEMS Microbiology Letters, demostró que el gonococo posee una toxina cuya expresión en la bacteria había sido anteriormente descartada. El hallazgo de esta toxina –que corresponde a una proteína-, permitió estudiar a qué elementos ataca y de qué manera los modifica para permitir la actuación de la bacteria, demostrando así un factor de virulencia no descrito previamente.
Según la Dra. Rodas, “este hallazgo permite la posibilidad de realizar pruebas para determinar si esta proteína tiene propiedades inmunogénicas como potencial blanco farmacológico, pensando en una vacuna.”
Sobre esta base, nuevos estudios evaluarán la acción de la toxina y los daños que genera directamente en las células.
Acción de la bacteria a nivel celular
Utilizando muestras humanas, el segundo estudio se enfocó en determinar la forma exacta en que el gonococo afecta a la mucosa de la trompa de Falopio. Infectando células epiteliales de la trompa, se encontró que la bacteria modifica la actividad de las enzimas llamadas metaloproteasas (MMPs), las cuales están involucradas en la reparación de la matriz extra celular, es decir, la “red” que sostiene todo tipo de tejidos y que es atacada por las bacterias para invadirlos.
La infección gonocócica de estas células provocó como respuesta una producción significativa de un subconjunto de importantes proteínas MMPs (MMP-2 y -9), como un mecanismo que contribuiría a la formación de cicatrices al interior de las trompas. “Claramente la bacteria alteró los niveles normales de estas proteínas que, cuando no hay infección, poseen otro patrón. Este artículo da pie para pensar cómo el gonococo es capaz de provocar daños severos en las trompas de Falopio”, explica la Dra. Rodas.
Al generar estas lesiones, la bacteria gonococo obliga a una continua reparación, lo que sería el origen de la secuela de infertilidad cuando no existe tratamiento. Las secuelas son aún más preocupantes al considerar que esta infección no deja inmunidad, por lo tanto una persona puede volver a infectarse varias veces.
La Dra. Rodas proyecta que las nuevas investigaciones deben enfocarse hacia terminar de armar el panorama de lo que ocurre a nivel de matriz celular con la infección con gonococo, determinando qué ocurre con el resto de las proteínas, y qué cambios produce la bacteria en los demás actores involucrados.
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Nota publicada en el inserto de investigación de El Mercurio (domingo 9 de abril del 2017). Link al artículo original AQUÍ