[Opinión] El momento de hablar de una Cultura Científica para Chile
Entre el 19 y 21 de octubre se realizará la III Conferencia Internacional de Cultura Científica organizada por el Centro para la Comunicación de la Ciencia (C3) UNAB. Es un encuentro que reúne, de una manera cercana y amena, el mundo de la ciencia con la ciudadanía, de la mano de destacados científicos y divulgadores nacionales e internacionales.
Reconocemos lo importante que es para Chile promover estas iniciativas, contribuyendo así a la construcción de una Cultura Científica sólida e integradora. Pero, hemos pensado ¿qué entendemos por Cultura Científica?
Por Victoria Martínez. Periodista Centro para la Comunicación de la Ciencia UNAB. Victoria.martinez@unab.cl
Que cada vez existan más espacios educativos, culturales y sociales que hagan partícipe a la ciudadanía del quehacer científico nacional es un hecho sobre el cual vale la pena detenerse a reflexionar. Se trata de charlas abiertas a la comunidad, talleres, encuentros tipo “café científico”, o instancias de conversación que convocan, transversalmente, a un público diverso pero interesado por la ciencia.
Pareciera haberse instalado la imperante necesidad de pensar la ciencia ya no como un mundo aparte de la sociedad, como si se tratara de un tipo de santuario inalcanzable en el cual se aloja el conocimiento. De hecho, cada día cobra más fuerza la idea de que apropiarse de la ciencia es un proceso social y cultural preponderante para los tiempos que corren, porque al final del día, la ciencia está presente en nuestra vida cotidiana: en los alimentos que consumimos, en la forma en que tratamos nuestras enfermedades o en la tecnología que usamos a diario.
Lo cierto es que en la medida que conocemos y comprendemos el rol de la ciencia, es posible valorarla. Conseguir esa valoración social es el principal desafío de nuestros días. Es una tarea que es liderada por diversos actores e instituciones, que incluye a investigadores, divulgadores, comunicadores, estudiantes, educadores, líderes de opinión, por nombrar algunos.
Hacia la construcción de una Cultura Científica
Al mismo tiempo en que el debate sobre el rol social de la ciencia y la forma en que se desarrolla una institucionalización científica nacional (¿un Ministerio de Ciencias?) han estado en la palestra, las actividades que promueven la divulgación científica parecieran ir en un acelerado aumento.
Nos enfrentamos a un momento –inédito tal vez– en el que hablar de una Cultura Científica para Chile cobra mayor relevancia. El concepto de Cultura Científica tiene sus orígenes en Europa y se refería principalmente a cómo se conseguía comunicar los avances y desarrollo científico, pero entre quienes integraban la misma comunidad científica, no fuera de ella.
Hoy el concepto de Cultura Científica es mucho más global e integrador, acorde a los procesos de cambios que han experimentado las sociedades contemporáneas, ya que habla de una constante interrelación entre quienes producen el conocimiento científico, quienes toman decisiones del tipo estatal, investigadores, emprendedores, estudiantes y la ciudadanía que se interesa por el desarrollo científico y tecnológico, entre muchos otros.
La Cultura Científica se concreta en la medida que las personas se relacionan de mayor manera con la actividad científica nacional. Esto, por supuesto, responde a una serie de procesos culturales y sociales que toman tiempo y no emergen de un día para otro. Para su construcción, se requiere pensar y propiciar espacios que permitan conseguir la comprensión de la ciencia, para su posterior valorización.
No es solo “Alfabetización Científica”: contar el último descubrimiento relacionado con Alzheimer o biología molecular de plantas es ciertamente interesante, pero no se trata solo de entregar datos e información científica porque sí, sin preguntamos cómo las personas perciben, procesan y valoran esa información. La ciencia es una actividad social y, por lo tanto, su transmisión debe considerar las particularidades de quienes integran dicha sociedad.
Ciencia y contexto social
Es en este escenario que la Cultura Científica puede entenderse como una construcción individual y al mismo tiempo social, porque el acceso a la información –que se promueve desde diversos espacios como universidades o centros de investigación– también demanda la necesidad de situar el conocimiento en un contexto social. Tal proceso es diverso, ya que cada persona le otorgará un sentido distinto según su experiencia, contexto e historia de vida.
La próxima Conferencia Internacional de Cultura Científica UNAB, a realizarse en octubre, apunta precisamente a eso: a llevar el mundo científico y su diversidad de temas, a todo público y de manera abierta.
Si bien aún son necesarios muchos cambios para que la ciencia llegue a todos los rincones, esta Conferencia es una actividad que sin duda contribuye a la construcción de una Cultura Científica para el país, en donde se permita el diálogo continuo entra la ciencia y la sociedad. Es un trabajo que demandará tiempo y que requiere que se involucren muchos actores sociales pero que, afortunadamente, ya se ha iniciado.