Investigadores de la UNAB realizan análisis crítico de los programas de ayuda para superar la pobreza y sugieren estrategias para mejorarlos

El trabajo hace un análisis crítico de cómo los programas para erradicar la pobreza, llamados “Transferencias monetarias condicionadas”, han funcionado en América Latina y en Chile como modelo dominante. Los investigadores –encabezados por la académica de la Escuela de Trabajo Social UNAB Dra. Taly Reininger– profundizan sobre estos programas y sus elementos en nuestro país, analizando su evolución histórica desde los años 60 hasta la actualidad, basándose en el rol que cumple la profesión del Trabajo Social en su diseño e implementación.

El trabajo concluye que es necesario re-pensar la fundamentación y metodología de los programas de transferencias condicionadas; como también destacar que la participación del trabajador social en el rediseño de esta política es clave, destacando la necesidad que en su implementación operen valores esenciales de la profesión: los derechos humanos y la justicia social.

por Gabriel León

La Dra. Taly Reininger –académica responsable del grupo de investigadores de la Escuela de Trabajo Social UNAB– explica que “los programas de transferencia condicionada funcionan bajo una lógica de economía de comportamiento, en la cual se postula que se puede incentivar el “buen comportamiento” a través de la entrega de bonos por cumplimiento de condiciones. Los bonos condicionados mayoritariamente se enfocan en temas de salud y educación de los niños, como por ejemplo, controles de salud o asistencia escolar; buscando así incentivar la inversión en el capital humano de las futuras generaciones para romper el ciclo de pobreza”. De esta forma, la entrega de la ayuda económica queda condicionada, por ejemplo, a que se demuestre que un niño ha asistido de manera regular al colegio. ¿Qué tan bien ha funcionado este sistema en Chile? (o en otras partes donde se ha aplicado).

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El equipo de investigadores (de izquierda a derecha) Mónica Vergara, Marcela Flotts, Ana Fuentealba, Taly Reininger y Borja Castro.

El Dr. Borja Castro-Serrano, co-investigador, explica que “a pesar de algunos resultados favorables en cuanto al alivio de pobreza a corto plazo, los programas de transferencia condicionadas han sido fuertemente criticados por condicionar bonos sin tomar en consideración la calidad de los servicios a la cual se está condicionando. Otras críticas también surgen a partir de la falta de evidencia en relación a los impactos a largo plazo; no necesariamente permiten dilucidar si condicionar bonos efectivamente cambia algún tipo de comportamiento de parte de las familias beneficiarias o las familias simplemente cumplan con los condicionantes durante el corto tiempo del programa.” Considerando esto, se podrían sugerir algunas propuestas tendientes a mejorar los sistemas de ayuda social en nuestro país. En efecto, el equipo de investigación opina que según los resultados preliminares del estudio, el actual programa tiene una mirada de corto plazo y no logra instalar cambios efectivos y duraderos en las familias beneficiarias. “Lo que hemos podido observar es que las realidades de las familias que viven en situaciones de vulnerabilidad son tan complejas que un programa con una metodología rígida –que no permite flexibilidad ni personalización de las intervenciones– no logra ser efectivo. Los programas que buscan trabajar con familias que viven en situaciones de vulnerabilidad deben a nuestro juicio, incorporar metodologías flexibles y personalizadas pero además, si el objetivo de un programa es erradicar la pobreza, lo que se requiere son intervenciones que también tomen en consideración el contexto del territorio y busquen fortalecer y mejorar los servicios que existen”, dice la Dra. Reininger.

[…las realidades de las familias que viven en situaciones de vulnerabilidad son tan complejas que un programa con una metodología rígida –que no permite flexibilidad ni personalización de las intervenciones– no logra ser efectivo. Los programas que buscan trabajar con familias que viven en situaciones de vulnerabilidad deben, a nuestro juicio, incorporar metodologías flexibles y personalizadas]

Finalmente, el Dr. Castro recalca que los desafíos para el trabajo social son múltiples, ya que a su juicio “hay todo un trabajo que realizar desde perspectivas del reconocimiento del otro, o bien, desde el enfoque de derechos que pueda sacar la mirada en la ‘vulnerabilidad individual’ de los miembros de las familias, y situar la problemática en los servicios que hoy entrega el Estado de Chile; esto permite situar a los ‘sujetos-pobres’ ya no desde categorías carenciadas, sino más bien como sujetos de derechos en que los sistemas políticos y económicos no han dado el ancho para proveer mejores condiciones.”

      Los trabajadores sociales tienen el desafío de hacer más compleja a la pobreza, para poder pensarla desde otras miradas que sean pertinentes a la sociedad actual. Dicho de otro modo, se hace necesario que la disciplina no olvide las condiciones sociales-estructurales como ideológicas que operan sobre las categorías de intervención (pobreza por ejemplo), pero a su vez, que no olviden que su intervención con el otro es singular y concreta sin nublar a ese otro que se tiene al frente. Este desafío es de marca mayor.

El trabajo del grupo de investigación fue financiado por el Fondo Gomez Milla de la UNAB, en él participaron también ocho estudiantes de la carrera de Trabajo Social y el artículo describiendo los principales hallazgos fue publicado en el International Social Work (DOI: 10.1177/0020872816631601).

 

Para mayor información, escribir a [email protected]

Dra. Taly Reininger. Trabajadora social, master en trabajo social y Doctora en trabajo social. Sus principales áreas de investigación son Trabajo Social y educación; pobreza y política social. Académica e investigadora de la Escuela de Trabajo Social, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, UNAB.
Dr. Borja Castro-Serrano. Psicólogo, Magíster y Doctor en Filosofía. Sus principales áreas de investigación son Filosofía, ética y política en pensamiento francés, análisis institucional y Calidad de Vida y promoción en Salud Mental en contextos de pobreza. Académico e investigador de la Escuela de Trabajo Social, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, UNAB.